miércoles, 4 de agosto de 2010

De vuelta a Manizales

Tras salir de San Bernardo del Viento decidimos no parar mas en los pueblos a realizar mas actividades, ya que andábamos con algo de prisas y debíamos estar en Manizales a una fecha concreta. La idea era no parar, pero las colaboraciones que recibimos para gasolina no nos permiten llegar muy lejos y además, Colombia, es un país en el que hay un peaje cada 100 km, aproximadamente, unas veces mas otras menos, e independientemente del estado de la carretera, sea malo u horrible, debes pagar. A decir verdad buenas carreteras solo hemos encontrado dos tramos, entrada a Bogotá y entrada a Medellín, las demás viejas, de un solo carril por dirección, con huecos y un largo etcétera que hace te de rabia pagar por utilizarlas.
Principalmente por los peajes tuvimos que para a vender en Valdivia, ya que entre gasolina y peajes, se nos va el ahorro.
Habíamos llegado a Antioquia, y se notaba en la actitud de la gente, los Paisas son de una naturaleza muy acogedora, a nosotros nos trataron muy bien y nos colaboraron bastante. Debemos agradecer principalmente a Francisco, dueño del casino, que nos invito a almorzar y también a la estación de policía, que nos custodio durante la noche.
Pasamos en Valdivia medio día, ya que llegamos a la noche y marchamos a las 14 horas. En ese rato varias personas del pueblo se acercaron a ver nuestros productos y vendimos lo suficiente como para seguir hasta Don Matías.

Tras pasar la noche en Don Matías, madrugamos y arrancamos bien prontito esa mañana, con intención de avanzar bastantes kilómetros ese día. Y así lo hicimos, llegamos hasta Medellín, y como siempre que entramos en una ciudad grande, queríamos salir rápido, así que la cruzamos y salimos por Caldas (Antioquia). Una zona a las afueras de Medellín, bastante tranquila donde encontramos una panadería, maravillosa, que vendía panecitos a 100 pesitos... También allí nos encontramos, de forma completamente casual, con unos amigos de Manizales, que evidentemente nos veíamos desde que inicio el viaje de Nomadak.
Ellos pasaban por Caldas porque querían conocer el otro Caldas y se dirigían a Medellin al III Congreso Iberoamericano de Cultura, donde habría una serie de conciertos increibles en los siguientes días como Aterciopelados, Jorge Drexler, Silvio Rodriguez, Rosario entre otros muchos.
Y ya que nos habíamos encontrado de forma casual y se empezaba a hacer de noche nos buscamos un sitio donde quedarnos, y que mejor que acampar en una zona verde y hacer manifestación de "Renoles rojos".
Pasamos un poco de frío, ya la costa quedó atrás hace varios días y el cuerpo se debe habituar a ese nuevo clima, pero aún le cuesta....

De Caldas, nos dirijimos de nuevo, ambos carros, a Medellín, esa noche habría buenos conciertos y ya que estábamos allí, no nos los queríamos perder. No estaba planeado en nuestro viaje, pero un día mas o menos, tampoco cambia mucho el sentido de las cosas, además desde el inicio, el viaje de Nomadak es completamente flexible y adaptable a todo, sino lo fuera, no nos habría ido tan bien en esta primera parte del viaje.
Y ahí quedamos, los primeros en la fila, hasta que nos echaron a los rojitos...

Disfrutamos de los conciertos y además en compañía de muchos amigos que habían ido a Medellín a los conciertos y que no nos veíamos desde hacía varios meses. Que agradables son siempre los reencuentros.
Al día siguiente si que debíamos marchar para Manizales, el tiempo apremiaba y aún quedaban muchas horas por carretera. Y aunque el trompirojo tenga a sus espaldas muchas hazañas, no hay que olvidar que es un abuelito.
Después de dar unos paseos por Medellín, unas compras y algunas fotos de rigor, como por ejemplo ésta, en el Parque Botero, salimos de nuevo hacía la ciudad que hace unos meses nos vio partir, llenos de ilusión e incertidumbre, hacia tierras lejanas y calurosas. Pero que bien sienta el clima de Manizales después de tantos calores.



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