Y lo que pensabamos hacer en un día se convirtio en tres días de carretera inmunda, además de tener que esperar cada mañana al menos 4 horas para arrancar, dado que el circuito del agua y las mangeras amanecían congelados cada día, ya que no tenemos anticongelante y a ver quién lo encuentra en estos pueblos... En la foto, el carro con la tapa abierta mirando al sol, y nosotros esperando por allí haciendo tiempo...
Por fín llegamos a Uyuni, hacía un frío terrible, pero ya nos habían avisado, asi que ibamos bien abrigados. También nos habian advertido qu no entraramos solos al Salar, porque uno allí se puede erder si no conoce, pero conocimos a algunos guías y ellos nos orientaron bien cómo andar por allí y que dirección seguir, aunque allí no había carretera alguna.
Pero llegamos y ahí quedaron las pruebas, solo que algo debía haber en el ambiente, será que respirar tanta sal no se que efectos tendra en las personas, pero comenzamos a sentir un dolor de cabeza bastante fuerte, que unido al frío, la altura y el fuerte sol... fue una convinación bastante fuerte.
Juancho pasaba desapercibido entre tanto blanco, era el perro de sal, es mas, todos los visitantes que por allí había, se pensaban que Juancho era del Salar, el perro de por allí.
Y es que como no iba a hacer frío si esta a los pies del nevado, eso si, merece la pena aguantar un poco de frío por conocer este bello lugar, o no? Al menos esperamos poderlos trasladar un momento de sus casas, y que así viajen un poco con nosotros.
Y nosotros también estuvimos allí, que parece que no, que solo llegaron Juancho y el auto, pero no fue así, estuvimo y disfrutamos del paisaje, del frío y del desierto mas peculiar del mundo, frío y del sal, además de inundado por las fuerte lluvias de los meses anteriores... Eso si es lo raro, un mes atrás los autos no podían entrar.
Faltaba la bandera de Nomadak y la Wipala, que es la bandera andina, la que nosotros llevamos en el auto, en la bicicleta de Abel, en las fotos se puede ver.
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