lunes, 30 de mayo de 2011

HACIA LA FRONTERA CON ARGENTINA

Y salimos de Uyuni y de nuevo el paisaje se convirtió en desierto, frío y árido, que durante el día, albergados por el fuerte sol de las alturas, el frío apenas se deja sentir, pero cuando este se esconde... Cada mañana amanecíamos con las mangueras del auto congeladas, y nos tocaba esperar un buen rato, con la tapa abierta en dirección al sol, para que éste hiciera su trabajo y poder continuar, por la misma carretera, seca y solitaria durante un día mas, en el que posiblemente atravesáramos aproximadamente unos tres pequeños pueblos, no mas. Kilómetros y kilómetros de la nada mas solitaria que uno se puede imaginar, por una carretera tan irregular que nos provocó un agujero en el tanque de gasolina de la vibración, donde la lejanía se ve desde hace horas y uno nunca parece acercarse de verdad al punto en cuestión.


Casi casi lo mas divertido que ocurría en la carretera era el cruce de algún río sin puente, es decir, lavar el carro de la sal de Uyuni, y si hay suerte salir sin quedarse atascado en el barro, que en una ocasión casi tampoco salimos, o cruzar las vías del tren, sin paso a nivel ni barreras, y gritar; - El tren, el tren!!, para añadirle algo de emoción al  viaje..., pero ni así, se movía algo por aquellos lares.


El cruce del Río Mulato, uno de tantos que tuvimos que atravesar así.


De vez en cuando también alguna que otra llama, que sorprendida al ver llegar un auto, se aparta de la carretera, pero no nos quita ojo de encima cual marcianos.


Y seguimos carretera al sur, parecen km y km, pero en realidad vamos muy lentos, la carretera es mala y no podemos avanzar mas de 100 km al día, porque a 40 km, en nuestro autito, la vibración de la vía hace aparentar que nos vamos a desarmar. De vez en cuando un bello y frío paisaje nos acompaña, como en esta ocasión con el nevado a nuestras espaldas y la bandera andina ondeando en nuestra bicicleta.


Y ya nos vamos acercando cada vez mas a la frontera con Argentina, en Villazón, pero antes cruzamos la última parte de esta gran nada, y nos encontramos con el atractivo turístico de la zona, La poronga!, y ese es el nombre real de la piedra, y parece que mucha gente la visita, porque tenía hasta su cartel.



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